El concepto alto rendimiento está muy identificado con el ámbito deportivo: centros de alto rendimiento, equipos de alto rendimiento, atletas de alto rendimiento, pero, ¿Qué es exactamente el “Alto Rendimiento”?
Vamos a tratar de definirlo, y de ver cómo podemos llevarlo a nuestras empresas, negocios o en general a las actividades que podamos aplicarlo.
Una idea fundamental de algunos autores como Susana Gómez Foronda en su libro Organizaciones Inteligentes es la siguiente: El alto rendimiento es la optimización y máximo aprovechamiento de los recursos.
Aquellos que maximizan el uso de los recursos disponibles, a la vez adquieren nuevas capacidades (capacitación continua), son candidatos a alcanzar un nivel competitivo de orden superior que los hace diferentes al resto (propuestas y contenidos de valor), les da una ventaja competitiva y eleva las posibilidades de alcanzar los objetivos trazados. Los objetivos para los cuales fue creada le empresa.
Conocemos muchas empresas que tienen un buen trimestre, o un buen año, pero no logran tener un estado sostenible de crecimiento, o sea, no son Empresas de Alto Rendimiento.
Según la autora, cuatro características que se consideran fundamentales para lograr organizaciones de alto rendimiento son las siguientes:
Propósito Compartido: Debemos definir perfectamente cuál es el propósito y la visión de la empresa, para alinear al equipo humano en esa dirección.
Ejecución Empoderada: Debemos desarrollar nuestro trabajo con excelencia y altos niveles de productividad para movernos en la dirección que hemos definido.
Sistema: Debemos tener un modelo operativo adecuado, que nos permita hacer realidad el propósito de la empresa, así como poder adaptarnos con agilidad a las necesidades tan cambiantes hoy en día del mercado y de los clientes.
Personas: Si los empleados y colaboradores están alineados con la visión, lograremos con una mayor probabilidad los objetivos.
Una organización de alto rendimiento, deberá mantener la presión (tiempos de crisis, como los actuales) para lograr resultados, realizando acciones tácticas a corto plazo (toma de decisiones), de ser necesario reinventar el modelo de negocio (innovación) buscando siempre mejorar su propuesta de valor para lograr la satisfacción de sus clientes.
Como parte de una nueva cultura organizacional, consideramos que el bien común debe imponerse sobre las necesidades individuales, pero en ningún momento debe dejarse de ver a la persona (colaborador) como lo que es, el equilibrio entre la polaridad organización-persona, es el que nos dará la pauta para la consecución de los objetivos.
Como una reflexión muy personal de las organizaciones en el futuro inmediato, yo visualizo que serán aquellas que logren de manera armónica los objetivos para los cuales fueron creadas, buscando la formación de un ecosistema humano de alto rendimiento, en donde las personas que integran las organizaciones pongan todo su esfuerzo por cumplir con los objetivos, porque en ello encontrarán una realización y un sentimiento de pertenencia genuino. Verdaderos agentes de cambio.
MFC Asesores de Negocios
Especialista financiero. Consultor y asesor de negocios. Aficionado a las Chivas y al Real Madrid.
Contacto: fernando.mejiacruz@asesoresmfc.com