El Futbol Club San Pauli se distingue por ser un equipo antiracismo, incluyente y con presencia ideológica de izquierda. Participa en la Segunda División del futbol alemán y es conocido a nivel mundial por su idenfificación con el rock.
A su origen en el centro de Hamburgo, lugar donde nacieron revueltas y protestas anarquistas, se le agrega la adición de un movimiento punk a finales de los setenta.
Su ideología izquierdista los llevó a hacer pretemporada en Cuba y tener un par de jugadores integrados en la Revolución Sandinista de Nicaragua.
En su libro ‘Latitudes’, Alberto Lati describe la tarde en que acudió a un partido del San Pauli, en abril de 2006, ni más ni menos que contra el todopoderoso Bayern Múnich, en actividad de la Copa Alemana.
Por esos años ya se escuchaba en el graderío música de Race Against the Machine, Manu Chao y obviamente, Panteón Rococó.
«Un promotor nos vio tocar acá en 1999 y decidió llevarnos a St. Pauli, allí vivimos un mes y pudimos conocer lo que el club significa», comentó Missael Oseguera, saxofonista del Panteón, en una entrevista para ESPN.
El romanche fue inmediato. «Lo primero que vimos fue una bandera gigantesca del ‘Ché’ Guevara, otra del Subcomandante Marcos y una más de Emiliano Zapata, personajes que admiramos. También vimos una bandera de la diversidad, se sintió la emoción de estar en el lugar correcto con el equipo correcto».
A partir de entonces, el vínculo creció. Los mexicanos fueron la imagen promocional en el estreno de su camiseta en temporadas pasadas y, por si fuera poco, en el 2019 grabaron escenas de su video «Infiernos» en el estadio Millerntor.
A partir de entonces, la bandera del San Pauli no puede faltar en los conciertos del Panteón Rococó, y la música de la banda mexicana tampoco en las inmediaciones del estadio.
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