Existen varios clichés relacionados a la patria de una persona. Los alemanes son conocidos por su eficiencia laboral y carácter frío. Los mexicanos son representados con frecuencia como personas perezosas, pobres y propicios a la violencia. Con este postulado de personas que heredan costumbres -sean buenas o malas- comienza el largometraje My name is Lenny (Ron Scalpello, 2017).
La primera secuencia de la película muestra una pelea callejera en Inglaterra durante los años setenta del siglo pasado. Una muestra más de clichés relacionados a gente originaria del Reino Unido. Un par de sujetos intercambian golpes mientras una multitud alrededor los alienta para seguir intercambiando golpes hasta que uno se dé por vencido. Para soportar los golpes y el aturdimiento, reciben enormes vasos de cerveza. Concluye la acción y vemos a Lenny McLean (Josh Helman) al despertar en su casa tras el combate que comenzó la película. Tiene las manos enrojecidas, manchas de sangre propia y ajena en todo el cuerpo y la necesidad de consumir alcohol a la brevedad.
En poco más de una hora conocemos parte de la vida de un Lenny que se hizo leyenda por ser campeón de peleas de boxeo clandestinas sin guantes. A esta modalidad se le conoce como Bareknuckles. En Estados Unidos se estableció una promotora que presenta eventos televisados y con transmisión en pago por evento de esta modalidad. Talento con experiencia profesional en boxeo y artes marciales mixtas han participado en eventos de la marca. Se usan protectores bucales y un sistema similar al del boxeo profesional. Algunos de estos eventos se han transmitido por televisión de paga en México. Existe desconfianza por alentar este tipo de eventos. Los guantes brindan protección a la mano y rostro de los peladores. Dejar a un lado este aditamento expone al sujeto que pelea más de los necesario.
La película de McLean, para simplificar las cosas, puede calificarse entre mala y regular. El director no establece el género que quiere desarrollar. Las secuencias de pelea carecen de impacto en comparación a las miles de opciones que pueden consultarse en la época donde basta una conexión a internet rápida para admirar contenido especializado. Algunos detalles rescatan parte de la película. El rival por vencer del protagonista es Roy Shaw (Michael Bisping). La persona encargada de caracterizar a este personaje es un integrante del Salón de la Fama de Ultimate Fighting Championship (UFC).
Lenny McLean alucina por una herida mal tratada que se convierte en gangrena. Esto sirve para una peculiar interpretación del cover popularizado por la banda inglesa The Troggs: Wild Thing. Esta canción se hizo conocida en Japón años después cuando el luchador Atsushi Onita la escogió como su tema de entrada antes de tener combates violentos en modalidad Deathmatch. Jon Moxley, multicampeón de la empresa de lucha libre estadounidense All Elite Wrestling (AEW), evocó a uno de sus ídolos y desde el año pasado la canción regresó al pancracio internacional.
Los datos relacionados a la vida del protagonista, presentados al final de la película, son más atractivos que lo presentado en toda la historia. Se trata de un contenido que sirve como entretenimiento en una tarde libre; no merece el gasto de una renta o compra digital. Tener la presencia de un excampeón mundial de artes marciales mixtas es una estrategia de publicidad que no se aprovechó como debía. Quizá consumir unas cervezas oscuras como las que ofrecen los pubs de mayor tradición en Inglaterra ayudan a juzgar con menor severidad una película intrascendente.
Periodista formado en la teoría y práctica. Disfruta desde un evento de lucha libre en la calle hasta un partido de Champions.
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