(La siguiente columna se presentó por primera vez en diciembre de 2020, tras la publicación de la revista France Football sobre lo que consideró el 11 ideal en la historia del balompié mundial).
El despeje de Lev Yashin ha sido exacto. A la Araña Negra, adelantado a su tiempo, le gusta hacerlo en la frontera del área grande. El servicio encuentra a Lionel Messi. La Pulga bajó con zurda, alzó la cara y tocó a Ronaldo. Ronaldo el auténtico, el brasileño. Por la otra banda cerraba el portugués, le llamaremos CR7 para no confundir.
La jugada no prospera por un despeje del rival. Devuelto el balón al área propia, melena al viento Paolo Maldini barre. Una tira de cinta blanca se asoma entre la media y la espinillera. Recoge y se apoya con Franz Beckenbauer. El Kaiser luce impecable con el 4 de la Alemania Federal en el dorso. Es elegante hasta con un brazo luxado.
Encontró por derecha a Cafú, nadie como el brasileño para atacar como defiende y nadie como él para defender en la forma que ataca.
En el medio campo el jefe es el alemán Matthaus. Lothar industrializa la recuperación del balón, ordena con el índice derecho y encuentra a Xavi, el pistón del Tiki Taka, el emisario de la precisión española. Su inclusión en la alineación ha dejado algunas dudas y en la grada alguien pide a Cruyff. El holandés sonríe con mueca en el banco al momento que esconde un cigarrillo.
Pronto, Pelé se hace del balón. Sombrero, regate y potencia sin par. Fuerte como nadie, ‘O Rei’ deja a dos en el camino. El muro defensivo es atosigante. El balón ha quedado suelto cuando lo recoge Maradona. “Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial”, se le oye decir a Morales por al alto parlante.
La triangulación con Lionel fructifica. A velocidad de Cyborg, CR7 gana la espalda del lateral oponente, el Diego lo habilita con una réplica del pase a Caniggia en el 90. El comandante lusitano renuncia a su ADN narcisista y encuentra solo a Ronaldo. El Fenómeno desafía la física y honra al sobrepeso. Llega primero que sus marcadores y anota.
La sonrisa pueril, los brazos abiertos, el festejo ensordecedor. El grito de ‘goooool’ se prolonga hasta que de momento, el juego no está más. Algo me dice que esa alineación no es obra de la imaginación. El partido, quizá sí. A estas alturas, no sé si se trata del juego imaginario del 11 ideal, o el juego ideal del 11 imaginario.
De vuelta a la realidad, lección aprendida. No volver a hacer siesta después de leer las noticias.
Periodista deportivo desde 2004. Creador del concepto multiplataforma Plan de Juego.
Contacto: jesus.mejia@tuplandejuego.com.mx