Esta vez no fue el oro como en Londres 2012. Pero el equipo de Jimmy Lozano ha conseguido la segunda medalla olímpica en la historia del futbol mexicano.
Lo hizo al ganar con amplia claridad a Japón, gracias al marcador de 3-1, lo que supone también un ajuste de cuentas 53 años después de aquella victoria del equipo nipón en el estadio Azteca, para llevarse un bronce que ya era acariciado por la afición mexicana
Presea número 73 para México en la historia del máximo evento deportivo en el orbe, cuarta (todas de bronce) en Tokio 2020.
El partido
El anfitrión fue superado desde los primeros minutos. A diferencia de lo sucedido en la etapa grupal, sobre el mismo césped de Saitama, el Tricolor dominó y lo reflejó pronto en el marcador.
Sebastián Córdova abrió el camino al 13 por la vía del penal, tras una falta cometida sobre Alexis Vega. Los dos volvieron a ser determinantes tras haber pasado inadvertidos en la semifinal contra Brasil.
No fueron los únicos que encontraron revanchas personales. Johan Vázquez adelantó a la defensiva japonesa y anotó a servicio de Córdova al minuto 22.
Así se fueron al descanso, con la presea de bronce inclinándose claramente para el lado de México.
La sentencia también fue tempranera. Alexis Vega firmó el tercero en remate certero con la cabeza al 58 de tiempo corrido. Tras ese gol, México se supo medallista.
El conjunto azteca tuvo al menos otras dos opciones claras de gol, pero las desaprovechó.
Mitoma acortó distancias al 77. Un gran gol que no cambió nada.
Con el silbatazo final del árbitro etíope Bamlaku Tessema Weyesa, vinieron los abrazos de jugadores con Jimmy Lozano. El último partido de su etapa en este representativo y una despedida con sabor a bronce.
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