Finalmente se ha hecho oficial, algo que era inminente, la FMF hizo oficial las incorporaciones de Javier Aguirre y Rafael Márquez a Selección Mexicana, el primero como director técnico, apoyado por Márquez como auxiliar, ecuación que, en el papel, intentará enmendar un camino que si bien es cierto necesita mucha compostura, estas dos figuras de nuestro futbol buscarán darle un cambio.
Posiblemente estas incorporaciones llegan de forma tardía; en el caso del “Vasco” primero fue invitado a formar parte del “consejo de expertos”, (del cual ya casi nadie se acuerda), en un intento de aconsejar al entonces seleccionador Jaime Lozano. De Rafa es un caso similar, pasando de estar en este consejo, a ser el segundo al banquillo azteca, la gran pregunta es ¿realmente serán la solución?
Más sabe el diablo por viejo, que por diablo
Si hay un experto en apagar “fuegos” es precisamente Aguirre, a quien parece que los proyectos en los que su figura se erige como la de “salvador” es donde mejor le va; pues haciendo un repaso por su destacable trayectoria, en la mayoría de sus mejores momentos como estratega, casi siempre han sido en el mismo escenario.
Desde el proceso rumbo al mundial del 2002, pasando por Osasuna, su segunda etapa con México en 2009, a equipos como Zaragoza, Espanyol, Leganés y recientemente Mallorca, todos con el común denominador buscando a alguien que sacara las papas del horno, apareciendo el “bombero” Aguirre para apaciguar el fuego. En cambio, en otras etapas como las que tuvo con Atlético de Madrid o Monterrey, proyectos con objetivos más demandantes, apostando a títulos dado el presupuesto e historia del equipo, no le fue de la mejor manera.
Es por ello que la actualidad une a un personaje como Aguirre, con esa experiencia y conocedor, a un equipo cuyo proyecto no tiene un rumbo fijo, apelando más a la “improvisación” y apremiado por los tiempos, para poder poner orden y darle una dirección distinta, en lo que será su tercer mandato como seleccionador azteca, récord absoluto.
Tomando riesgos
Bien dicen que la vida es un riesgo, en la que, si queremos hacer cosas diferentes, en su mayoría buscando una mejora, debemos tomar ciertos riesgos, sabiendo lo que conlleva, así podríamos definir la decisión que toma el posiblemente mejor prospecto en cuanto a entrenadores mexicanos en la actualidad se refiere, ese es Rafael Márquez, quien deja al club de sus amores en España, para ayudar a su patria.
Rafa regresó a Barcelona, donde es leyenda para continuar con su crecimiento como entrenador, de la mano del presidente del club Joan Laporta, con quien guarda una estrecha relación, el “duque de Cataluña” asumió el banquillo del juvenil equipo, que contaba con chavales como Lamine Yamal, Fermín López, Pau Cubarsí, Héctor Fort entre otros, que tomaron un rol e importancia destacada de la mano del “Káiser mexicano”, ayudando a su formación y crecimiento, incluso varios de ellos alcanzando un lugar con el primer equipo y hasta debutar con la selección española, todo a raíz de la confianza y pulimiento que Márquez empeñó con estas joyas de la Masía.
Y no sólo en el apartado individual, sino que Rafael quedó muy cerca de lograr el ascenso a la segunda división española, con su equipo con edad promedio de 19 años, el oriundo de Zamora, Michoacán, dejó buenos dividendos, valorando la confianza depositada en él, al grado de que se llegó a rumorear que podría ser candidato a dirigir al primer equipo.
La decisión de dejar a este equipo juvenil, ha generado diversas opiniones; por un lado, el hecho de estar cerca del lugar más grande a lo que puede aspirar un entrenador en su carrera, como es dirigir a una selección nacional, pero por otro, dejar la oportunidad única de seguir creciendo y aprendiendo de un fútbol de que podría darle proyección de una mejor forma, viéndose como “cortar un proceso”, de tu mejor carta de la dirección técnica.
Rafa acompañará a Javier Aguirre, ambos se conocen a la perfección, cuyo objetivo no será sencillo, pues la materia prima no es la mejor en calidad, el proyecto no es claro y tienes un mundial a la vuelta de la esquina, apremia el tiempo y necesidad de buscar revertir todo esto.
Esta ecuación deja algunas cosas en evidencia; los procesos en selecciones nacionales son inexistentes, se apuesta por el “bomberazo”, la “vieja confiable” a realmente dar tiempo y trabajo para buscar mejoras (Jaime Lozano un damnificado más); el poco esfuerzo por buscar cambios significativos, prefiriendo soluciones rápidas, sin importar que tu mejor prospecto deje un lugar casi difícil de obtener para otro entrenador mexicano como es entrenar en juveniles de un club de élite, y con ello, un mejor desarrollo y crecimiento.
La falta de planeación, perdiendo tiempo para fijar un proyecto fijo, cambiando de entrenadores y directivos, sin obtener resultados favorables, sumado a que el actual formato y formas de llevar la liga doméstica, tampoco ayuda mucho en estos tiempos.
A pesar de todo esto, Rafa y Aguirre se suben a este navío, que presenta golpes, agujeros, el timón sin dirección y en marea alta con tormentas de incertidumbre y dudas, con el compromiso de echarlo a andar y navegar en aguas tranquilas, esas donde el fútbol mexicano, no se encuentra desde hace mucho tiempo…
Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco