El conjunto femenino de México logró hacer historia en los recientes Juegos Panamericanos de Chile, donde no solo consiguieron una histórica medalla de oro, sino que, hasta cierto punto, han dotado de luz, a un panorama de total oscuridad que impera en el balompié mexicano desde hace algún tiempo.
De menos a más
El año 2022 supuso un periodo muy complejo para el fútbol mexicano, no solo por el “papelón” hecho del infumable mundial de Qatar para México, sino que se dejaron pasar un par de oportunidades importantes para el fogueo de otras selecciones, entre ellas la femenil.
El escenario es más que idóneo, con una liga femenil ya más consolidada, con jugadoras mejor formadas y con mayor experiencia, un torneo clasificatorio que se celebró en casa y que daba boletos tanto para el mundial femenil 2023 como para Juegos Olímpicos 2024 y juegos Panamericanos, y con una entrenadora en el banquillo como Mónica Vergara, quien se quedó muy cerca de lograr, lo que hubiera sido el mayor logro del fútbol femenino de nuestro país, al quedar subcampeonas sub 17 hace algunos años.
Dicho torneo se convirtió en una pesadilla absoluta; México que lucía favorito, terminó perdiendo sus 3 encuentros, ante Jamaica, Haití y Estados Unidos, lo que fue un ridículo y significó, que todo el avance que obtuvo el fútbol de mujeres, se quedará muy estancado y sin boletos a las competencias antes mencionadas (aunque a Panamericanos sí se terminaría asistiendo).
Producto de ese fracaso, hubo cambios importantes tanto en la estructura como en el cuerpo técnico; la salida de Vergara como entrenadora y el arribo de Pedro López, entrenador español que venía de campeonar con su país en el mundial femenil sub 20, apuesta por demás interesante y necesaria para un grupo golpeado anímica y futbolísticamente hablando.
A raíz de esta nueva era, la imagen del femenil cambió para bien, pues a pesar de que este proceso pareciera “perdido” tras no calificar ni al mundial mayor ni a Olímpicos, otros objetivos se iban dando como el ganar en Juegos Centroamericanos y ahora Panamericanos, que, si bien puede saber a poco apegado a lo que el proyecto tenía que dar, puede saber a mucho comparado con la actual época de muchos grises en el fútbol nacional.
De ‘chiripada’ a Panamericanos
En el párrafo anterior, abordamos el tema de que México no tenía que estar en esta edición de Juegos Panamericanos, pero para fortuna azteca, la selección de Canadá renunció a participar en esta edición, debido a problemas de calendario, los de la Hoja de Maple desistieron de participar en la justa deportiva más importante del continente americano, por lo que el cuadro azteca tomó el relevo y se aventuró a tierras andinas.
Las mexicanas debutaron con goleada 7-0 sobre Jamaica, mostrando el músculo ofensivo; el segundo duelo se dio ante Chile, que a la postre sería su rival en la gran final, a quienes también vencieron 1-3, para avanzar de grupos de forma invicta con un contundente 4-1 sobre Paraguay.
Instaladas en la siguiente ronda, las mexicanas vencieron a Argentina 2-0, para asegurar medalla y el pase a la gran final, a la postre de que Chile hacía lo propio con Estados Unidos.
Ya en la final, una situación administrativa privó a las chilenas de tener a sus 2 porteras (Christiane Endler del Lyon de Francia y titular con su país y Antonia Canales del Valencia), así como a las jugadoras Karen Araya y Camila Saénz que juegan también en España, debido a que terminó el plazo que les dieron sus equipos de jugar con su selección, recordando que al no ser un torneo avalado por FIFA, los clubes no están obligados a prestar a sus elementos, teniendo que improvisar y usar a su delantera María José Urrutia como arquera, algo inverosímil.
Esta situación fue aprovechada por las mexicanas, que, teniendo esa ventaja, terminaron por vencer a las locales con un golazo cortesía de la jugadora de Tigres, Rebeca Bernal, para lograr la presea dorada.
Triunfo necesario
Esta medalla es la primera de oro para la femenil en Panamericanos, el mayor logro había sido una medalla de plata en 1999 en la edición en Canadá, en aquel entonces era la primera vez que el fútbol femenil era introducido como deporte panamericano, cayendo en la final ante Estados Unidos 1-0.
24 años después, México cobra revancha, que significa un bálsamo a un proceso complicado y que se tendrá que seguir trabajando para recuperar las oportunidades perdidas en pro del crecimiento del fútbol femenil de nuestro país, y de paso, ser el escalafón que de un salto de calidad necesario.
(Fotos X).
Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco