El torneo binacional entre la MLS y la Liga MX parece no haber resultado del todo satisfactorio del lado mexicano, pues lo que apuntaba a ser una muy buena estrategia económica y deportiva (aunque claramente inclinada hacia un lado) entre ambas naciones, ha terminado por generar mucha molestia y cuestionamientos sobre la forma en que se llevó a cabo, desde la logística de viajes hasta lo que sucedió en el terreno de juego.
El ganador de este torneo, es estar colocado en los octavos de final de la Liga de Campeones de Concacaf, que si sirve de consuelo para la afición mexicana, hay motivos para ahorrar y esperar que Messi, Busquets, Alba y compañía juegan en suelo azteca ante un equipo mexicano.
Si no puedes igualarte con el vecino, únetele
Para nada es un secreto que el fútbol estadounidense lleva ya algunos años presentando un mejor crecimiento y rendimiento que el fútbol mexicano; los recientes resultados de los últimos enfrentamientos a nivel de selecciones han reflejado el duro trabajo de los americanos con el “soccer”, pero por el otro y penoso lado, vemos lo que se ha dejado de hacer con el fútbol azteca en el mismo lapso.
Ellos buscan alianzas con ligas y clubes europeos de calibre, para intercambiar talento y dar facilidades a sus jugadores de poder probar suerte o terminar de formarse en el viejo continente, buscando la competitividad y mayor fogueo; de este lado, tratan de vender a los jugadores mexicanos como si fueran unos cracks mundiales, a cifras incomprensibles, que, si bien es válido buscar ganancias, tampoco es un mercado que pueda darse lujos para vender de más a los elementos.
También se han abierto al mundo buscando jugadores que por alguna circunstancia, tienen pasaporte estadounidense; algo más práctico debido a la diversidad racial existente en el gabacho; acá buscan naturalizar al primer extranjero que haga unos cuantos goles en poco tiempo, definitivamente estas acciones se verán reflejadas con malos o buenos resultados, entre otras cosas que siguen evidenciando lo que se trabajó o lo que no se ha trabajado.
Aún con diferentes posturas y procesos, el fútbol mexicano optó por estar más cercano con los americanos; motivos como compartir mundial próximamente, sabedores que nuestros paisanos que radican en Estados Unidos consumen todo lo que tenga que ver con el fútbol azteca, aunque actualmente su nivel e imagen dista mucho de lo que tendría que ser, fueron razones para aceptar y hacer más grande este torneo, que ya se venía jugando desde el 2019 con algunos equipos solamente de México y Estados Unidos.
El anuncio de este torneo generó diversas opiniones entre la prensa y aficionados; había quien pensó que sería una buena oportunidad de medir el nivel actual de ambas ligas entre sí (como si a nivel selección no fuera suficiente y evidente), otros que no generaría mucho deportivamente hablando, pero sí del lado monetario.
El factor Messi en Leagues Cup
Quizá el hecho de tener esta competencia con equipos del vecino del norte no lucía al menos en el papel, atractiva para el aficionado, puesto que, con la Liga de Campeones de Concacaf, parecía tener suficiente.
Pero con lo que nadie o casi nadie contaba, es que una decisión haría que el interés sobre este torneo, cambiara de forma radical; Lionel Messi era anunciado como nuevo jugador del Inter Miami, ante propios y extraños, el mejor jugador del mundo tomaba rumbo al país de las barras y de las estrellas, estrechando su mano con David Beckham mandamás del Inter Miami, para hacer uno de los fichajes más llamativos de los últimos años.
Fue en ese momento, que la expectativa por ver a Messi jugar este torneo y con nuevo equipo creció como la espuma, viendo que el calendario marcaba el debut oficial de Messi, ante nada más ni menos que Cruz Azul, que con todo y sus problemas extra cancha, se daba el lujo de enfrentarse al campeón del mundo en Qatar 2022.
El buen Messi debutó a lo grande, dándole la victoria a los suyos en el ocaso del juego, sumándose a las historias de las “cruzazuleadas”, que parece que lo único que le faltaba a Cruz Azul, era perder con un golazo de Messi.
A partir de allí, el gran protagonista de este torneo fue Inter Miami y su 10, dejando en algunos casos a los equipos mexicanos en un segundo plano, como un elemento de mera escenografía, pues su desempeño en la cancha de la gran mayoría, no daba para hablar mucho, o al menos no tan bien.
Amargo sabor de boca
Esa fue la sensación que arrojó esta competencia, pues retomando lo mencionado en las primeras líneas de este artículo, un torneo celebrado en Estados Unidos, representaba en el papel como algo agradable en la parte económica; donde todos ganarían, pero no fue así.
Algunos comentarios, quejas y cuestionamientos por parte de directivos y entrenadores de equipos mexicanos, denotaban que contrario a lo que se podía creer, no la estaban pasando bien; entre problemas de logísticas, fechas de partidos y el más señalado, el arbitraje.
Este último apartado, fue cuestionado ante las distintas circunstancias que se apreciaban en los juegos, que, de manera directa o indirecta, terminaban reflejándose en los marcadores, siendo los más perjudicados los equipos mexicanos.
A todo esto, hay que sumarle al tema del dinero, pues el dinero conseguido por los juegos y distintas fases, parece no fue lo que los equipos esperaban, viéndolo como un negocio nada rentable donde terminarían perdiendo más que ganar, de allí la necesidad un replanteamiento de este torneo en los apartados ya mencionados, el gran detalle es que esto prevalecerá unas temporadas más.
El equipo que más lejos llegó de los nuestros fue Monterrey, una plantilla que tranquilamente podía considerarse un candidato nato a ganar este torneo, pero desafortunadamente, no pudieron lograr dicho objetivo, quedándose en semifinales cayendo al futuro subcampeón Nashville.
¿Estos resultados reflejan la actualidad del fútbol mexicano? ¿La MLS ya superó a la Liga MX? ¿Se tomaron con seriedad este torneo? Diversas han sido las interrogantes que nos heredó este torneo, lo que sí es evidente es que se han notado las cosas que se han quitado o no se han trabajado de buena forma en el aspecto interno del fútbol mexicano, denotando un pobre nivel en general.
Triunfo a lo ‘Hollywood’
A pesar de que el resultado esperado se cumplió, no podemos dudar que este triunfo de Miami fue de una forma emocionante, en tanda de penales en el que tras vencer a Nashville, Messi se convirtió en el máximo ganador de títulos individuales en la historia del fútbol, posicionando no sólo aún más su legado, sino que poniendo en el mapa mundial a Miami y principalmente a la MLS, a la que diarios de muchas partes del mundo, en especial de España y Argentina, siguieron al pie de la letra con buen interés.
Definitivamente para el lado americano, el objetivo estuvo más que cumplido; darle espectáculo a su gente, y ponerles al mejor del orbe dando su show y coronándose para el beneplácito de todo mundo… mientras a lo lejos, el fútbol mexicano cabizbajo, contrariado, triste, desilusionado, viendo cómo fue un simple adorno de escenografía en esta obra llamada Leagues Cup, donde se percataron, que no todo lo que brilla será oro; siendo quizá una lección que tanta falta le hacía, en tiempos complejos y con fracasos y cuestionamientos a espaldas, para ver si con eso, se reflexiona y se mira hacia otros horizontes que traigan mejores beneficios en pro del fútbol nacional.
Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco