El deporte, como negocio de entretenimiento, es una actividad que genera ingresos millonarios. Eventos como el Superbowl o el Mundial de Fútbol llevan una dinámica especial para el espectador ocasional. Sujetos comunes se convierten en ídolos para miles de personas. Problemas fuera de la actividad deportiva, en ocasiones, son ocultados para no mermar la imagen pública de una estrella. El proceso legal por presunto asesinato de O.J. Simpson, jugador legendario en la National Football League (NFL); es considerado un momento referencial en la cultura de los años noventa.
Con la producción de VICE, una serie documental ha provocado tema de conversación en el ámbito de la lucha libre en los últimos días: Darkside of the ring (puede traducirse como “el lado oscuro del cuadrilátero”). El título del programa hace pensar en el grupo antagonista de la saga Star Wars o el mítico álbum de la banda Pink Floyd -Darkside of the moon-. La emisión que tuvo su primera temporada en 2019 no ha mostrado temor al evidenciar temas estremecedores: asesinatos, consumo de sustancias prohibidas, violencia intrafamiliar, pederastia y relaciones con la mafia. La voz encargada de narrar las emisiones de menos de una hora -algunos programas se han divido en dos emisiones- es la del famoso luchador canadiense Chris Jericho. Los personajes poderosos que cautivan a la audiencia se hacen a un lado para mostrar las personalidades de los sujetos abajo del ring.
Para 2021, la temporada se dividió en dos partes. El reinicio de actividad ha generado acalorados debates en los últimos días. Un vuelo con retraso en su despegue, con talento de WWE, derivó en un caos durante una gira por Europa en 2002. Situaciones de índole sexual dañaron la imagen de Brock Lesnar y Ric Flair. Este último se vio afectado con el modelo actual de la cancelación: WWE no lo ha mencionado y una marca de seguros para autos con los que tenía convenio de publicidad decidió parar los anuncios.
Chris Kanyon, hombre corpulento con movimientos llamativos en los mejores años de WCW, recibió -en apariencia- una golpiza de mala fe por parte de Undertaker al hacer pública su tendencia homosexual. El más reciente programa habló de una empresa japonesa dedicada al estilo deathmatch -luchas extremas- que marcó un antecedente en el negocio: FMW. Su fundador, Atsuhi Onita, encontró una forma de renovarse como luchador tras sufrir una fractura expuesta. El mexicano Ultramán 2000 -que luego se convirtió en Damián 666-, trabajó ahí. Las lecciones de ese estilo lo llevaron a practicar luchas así en Tijuana. La modalidad se ha propagado en distintos puntos del país a la fecha. FMW fue a la quiebra por deudas, vínculos con la yakuza (mafia japonesa) y el inesperado suicido de su entonces presidente.
Las declaraciones de los sujetos que comentan sus puntos de vista y tendencia del programa para evidenciar hechos específicos han generado opiniones contrarias a lo que se ve en pantalla. El equipo de VICE, en favor de ellos, busca integrar el mayor número de perspectivas. Julio Scherer, legendario periodista mexicano, tiene una frase pertinente: “La cirugía y el periodismo remueven lo que encuentran. El periodismo ha de ser exacto, como el bisturí”. Programas así cuentan con la asesoría de especialistas en temas legales para lidiar con posibles demandas. El espectador es quien forma su criterio. Adaptar el programa al contexto de México o Japón tiene material de sobra. Los íconos deportivos son personas; situar la mirada al sujeto cotidiano ayuda evitar los excesos que, en múltiples ocasiones, propicia el éxito. El programa es semanal, cada jueves se estrena un capítulo. Una breve búsqueda por internet basta para encontrar la emisión.
Periodista formado en la teoría y práctica. Disfruta desde un evento de lucha libre en la calle hasta un partido de Champions.
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