La máxima figura japonesa presente en los Juegos Olímpicos tiene 23 años, es tenista profesional y se llama Naomi Osaka.
Mujer poderosa que ha llegado a ocupar el lugar #1 en ranking mundial, convertida así en la primera asiática en lograrlo, obteniendo el mismo podio en 4 Grand Slams.
Además, consiguiendo otros títulos como “Atleta femenina con mayores ingresos anuales de TODOS los tiempos”, “Octava atleta con mayores ingresos por patrocinio” y ubicada dentro de las “100 personas más influyentes del mundo” en los años 2019 y 2020.
Llegando a encender el pebetero el 23 de julio del 2021 para inaugurar los Juegos de la XXXII Olimpiada.
Todo parece estar en orden, con éxito, prosperidad y algarabías cuando tienes tantas palomitas en la lista de cosas que deseas. pero cuando se habla más de ellos pasando por encima de la persona que está haciéndolo posible y darle el foco solo a los logros económicos y sociales, que atraen fama y reconocimiento, se da una marcha atrás y ahora se consigue ahogo, encierro, agobio, hastío, cansancio y poco entendimiento.
Padre haitiano y madre japonesa, nacida en Japón pero viviendo y entrenando desde los 3 años en los Estados Unidos. Mezcla étnica llena de belleza y consagrada al derrotar a la multicampeona Serena Williams, factores que resumen las altas y bajas con las que ha tenido que lidiar esta gran mujer a lo largo de los recientes años.
Llega a los Juegos Olímpicos y queda fuera al enfrentarse con la Checa Markéta Vondrousova en la tercera ronda. Todo esto tras abandonar el Abierto de Francia y con dos meses de inactividad.
Su abandono dentro del campeonato de arcilla viene como resultado de una petición denegada de Naomi para después intentar obligarla en lo siguiente: abogando por su salud mental pide no verse expuesta al escrutinio público dentro de las conferencias de prensa “normales” de cada circuito, y por el contrario, dar declaraciones cuando concluyera su participación en dicho torneo, cosa que para los mandatarios no resultaba muy atractivo.
Al no llegar a un acuerdo, el acto siguiente fue colocarle una multa de 15,000 dólares, más un par de burlas de muy mal gusto por parte del Abierto de Francia en sus redes sociales, fomentando solamente la humillación y mayor presión hacia la atleta nipona.
Desde 2018, cuando obtuvo su primer título de G.S., ha sufrido de diversos episodios de depresión y ansiedad, consecuencia también del hostigamiento racista del cual ha sido víctima, sin embargo lo ha combatido con garra y ahora, menciona, que la fuerza mental es probablemente una de sus mayores virtudes.
En su propia voz
En la miniserie de Netflix titulada con el nombre homónimo a la atleta, dividida en tres episodios, podemos conocer de propia voz y experiencias, estos hechos que la han formado pero también intentado vencer y que con sabiduría, apoyo de su familia y mentalidad de campeona, la han hecho ser un fenómeno del deporte blanco a nivel mundial y sobre todo ser una figura que está dejando huella no solo en el Tenis, sino en todas las causas que a veces no se escuchan.
Los ojos verdes de la información deportiva. Actriz y conductora. Aficionada al Tenis y al Fútbol.
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