
La oportunidad que Miguel «Piojo» Herrera estaba esperando, finalmente ha llegado, aunque será fuera de nuestro país, siendo Costa Rica la selección que ha optado por darle su equipo nacional al mexicano.
Realidades paralelas
Hace una década, en Brasil 2014, México se quedó cerca de hacer una gesta «heroica» ante Países Bajos, en aquella polémica serie de octavos de final que tuvo a todo un país al tanto de la expectativa; la historia (dolorosa e impotente) la sabemos, los nuestros quedaban fuera y el «no era penal» surgió como un momento que se convirtió en un chiste negro para nuestro fútbol.

A la par, Costa Rica realizaba lo impensado; calificando del grupo más fuerte en dicha justa, por encima de Uruguay, Inglaterra e Italia, los ticos avanzaban a unos históricos cuartos de final, dejando a Grecia en el camino, convirtiéndose en la selección revelación en tierras cariocas.
Sí, las realidades entre ambos equipos eran muy distintas, pero el destino se ha encargado de unir al entrenador mexicano con ese país que se ganó el respeto del mundo.
El encanto de la cenicienta
Pero al igual que el cuento de la cenicienta, el encanto tenía momento de caducidad; Herrera gozó de un lugar privilegiado siendo seleccionador mexicano, pero tras aquel torneo, el panorama empezaba a volverse gris y turbio para el «piojo», pues la selección mexicana entró en una racha no tan buena, pues las formas y resultados empezaban a dejar dudas, pese a que se terminaría ganando la Copa Oro en 2015, las críticas de los medios deportivos, hacían mucho eco en Herrera, al grado que por no medir su temperamento, le terminaría costando caro, y sobre todo, el no saber soportar la presión que conlleva el banquillo más caliente de nuestro Fútbol.
Miguel Herrera era echado tras un altercado con el narrador y periodista deportivo Christian Martinolli, y desde ese punto nada volvió a ser igual.
Algo parecido pasó con Costa Rica, pasando de las mieles de aquella histórica actuación, a una debacle deportiva que hasta ahora siguen padeciendo, en gran parte porque se mostraron renuentes a hacer un cambio generacional, aferrándose a las vacas sagradas del 2014; e incluso viendo como otras selecciones centroamericanas los han superado e incluso, dejando fuera de mundiales.

El «caonismo» sigue vigente
Tal parece que ambas partes, están en un escenario de segundas oportunidades, pues ese «éxito efímero» que tanto el Piojo como Costa Rica tuvieron, les ha dado más inconvenientes que nada; ahora las circunstancias, los hacen unir fuerza, para recuperar lo que han dejado de lado durante todo este tiempo.
Por un lado, Miguel Herrera puede darle un realce a su trayectoria en los banquillos; sus pasos recientes por Xolos y Tigres, dejaron mucho que desear, lo que mermó su lugar en el fútbol mexicano y le ha hecho perder crédito para un posible regreso a la silla tricolor, y qué mejor manera que recuperar terreno que demostrando un buen trabajo fuera de su zona de confort, y dejar en claro que no fue cuestión de «suerte».

Los ticos también tienen un panorama de resurgimiento, dejar atrás la gloria de Brasil 2014 y enfocarse en el presente y futuro inmediato; recuperar el respeto y estatus en Concacaf, con la mira puesta en el mundial del 2026, donde en las eliminatorias no estarán los «3 grandes» (EUA, México y Canadá), por lo que la posibilidad es más cercana aún.
Así que no hay excusa para ambos lados, que, tras la imperiosa necesidad de seguir vigentes, hacen equipo para demostrarle al fútbol, que están más listos para regresar a los planos estelares.
(Fotos: X).

Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco