
La película de poco más de dos horas es una adaptación más (hay por lo menos dos películas de ficción y otros tantos documentales), del trágico accidente que les ocurrió en la cordillera de los Andes, a los integrantes del equipo amateur de rugby Old Christians Club, originarios de Uruguay; a algunos otros pasajeros que les acompañaban y a la tripulación de la fuerza aérea uruguaya del Fairchild FH-227D. Y aunque sólo en un principio y en alguno que otro flashback se les ve practicar rugby, la película no trata de este deporte, pero sí del trabajo de equipo durante los setenta y un días que estuvieron atrapados entre montañas y nieve.
Por supuesto la película es emotiva, está increíblemente fotografiada, la dirección de arte es maravillosa, el vestuario y el maquillaje son bárbaros, pero desafortunadamente está contada de manera lineal y no aporta más emoción que revivir la tragedia tal como ocurrió y de la cual ya se había contado con anterioridad; por supuesto que para quien este es el primer acercamiento al hecho, mi comentario no tendrá sentido, pero tal vez quién ya vio las versiones anteriores (Supervivientes de los Andes -Rene Cardona, 1976- y Alive -Frank Marshall, 1993-), puedan coincidir conmigo.
Para quienes conocíamos la historia de los Andes, los nombres de Fernando “Nando” Parrado y de Roberto Canessa estaban relacionados con los protagonistas más importantes, quizá los héroes de que el accidente tuviera otro fin, pero en La Sociedad de la Nieve, el escritor y director J.A. Bayona da en esta versión, voz a un personaje que en las anteriores había pasado desapercibido: Numa Turcatti; Turcatti será el que narré los hechos de principio a fin, siendo esta una de las diferencias más notorias entre esta versión y las otras, aunque en aquellas también habían narradores, en esta ocasión le permiten a una de las víctimas de la tragedia contar su versión, incluso después de ser otro más de los fallecidos en la cordillera argentina.
Es con los ojos de Turcatti con los que vemos todo lo sucedido, es con su temor que sentimos el temor de todos los involucrados. Otra de las grandes diferencias que veo en esta película es el final, después del rescate va un poco más allá que las anteriores versiones, sin embargo ese final se queda corto.
Algo que yo transmito a mis alumnos es que lo importante no es qué cuentas, sino cómo lo cuentas y por ello creo que Bayona se sintió cómodo contando lo mismo que sus antecesores y no se atrevió a contar algo que no se haya visto con anterioridad, si bien es cierto, esta versión es para las nuevas generaciones que no conocían la historia, para los que ya la conocíamos nos queda a deber; es verdad, como ya lo escribí, que la hechura es impecable (con 60 millones de Euros de presupuesto por supuesto que mínimamente tiene que quedar como quedó), no hay discusión en ello, pero hay formas de darle la vuelta y quizás hacerla más interesante, sin embargo, Bayona apostó por el camino fácil que es el de tocar las fibras sensibles del espectador, apostar por lo emotivo, por apretar donde más duele, la tragedia de dieciséis sobrevivientes que tienen que hacer cualesquier cosa para salir adelante; a sabiendas de que su público empatizara con esos sobrevivientes Bayona solo se preocupa porque su película lo cuente de mejor forma posible, tanto visual, como auditivamente que las anteriores, lo cual no está mal, pero…
Por ejemplo la tragedia del Titanic tiene más de doce adaptaciones, cada una cuenta el hundimiento de manera distinta a la otra, tomándose “licencias poéticas” que hacen que cada versión sea diferente a las otras, a pesar de que todos ya sabemos que el Titanic se hundirá en todas ellas, siendo quizás el Titanic de James Cameron (1997) la más entretenida y la que más fielmente retrata la tragedia del hundimiento. Si bien es cierto que en la historia de los sobrevivientes de los Andes, no podemos agregar a una Ross y a un Jack, contar prácticamente lo mismo es simplemente un acto de posible soberbia, porque es un hecho que hay muchas más formas de tratar el tema, sin que por ello tengamos que dejar de ver el accidente mismo, o la decisión de los sobrevivientes para precisamente salir adelante y no rendirse ante la adversidad, aunque para ello hayan tenido que tomar en conjunto la decisión más fuerte e importante en sus vidas.
Por último les dejo unos datos sobre la realización: la película está basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, el rodaje se llevó a cabo en Sierra Nevada. Nando Parrado, Roberto Canessa, Carlos Páez y Moncho Sabella, sobrevivientes del accidente, hacen cameos dentro de la cinta.
En fin. Si usted va a ver La Sociedad de la Nieve, y es la primera vez que se entera de esta tragedia, después de hacerlo investigue un poco y si puede vea las otras versiones, posiblemente esta le parezca la mejor, sin embargo hay que entender que entre cada una de las versiones hay cómo 20 años y mucha tecnología de diferencia. Pero le invito incluso a ver los diversos documentales y a leer los libros que hay sobre la tragedia de la cual hoy se sigue hablando y de la que quizás se hable por muchos más años y de la que seguramente se volverán a hacer muchas otras películas.
(Foto: X).

Cineasta, documentalista y profesor de cine. Aficionado al Cruz Azul y a los Seahawks.
Contacto: victorammx@yahoo.com.mx