La decisión de dónde jugar de Luis Chávez es motivo de opiniones diversas y encontradas, pues es un paso importante que ha dado el ex jugador de Pachuca, al que al jugador mexicano le cuesta aún dar hoy en día, pero quizá su lugar de elección, dista mucho de ser el mejor, no sólo por el contexto deportivo, sino lo que sucede fuera de este sector, pero lo más ejemplar, es la mentalidad con la que toma esta decisión.
La “esperanza” entre la tormenta
Para nadie es un secreto que la estadía de Gerardo “Tata” Martino como entrenador del Tri representó uno de los más grandes desastres contemporáneos del fútbol mexicano, donde ni en formas, ni en ambiente ni mucho menos en congruencia ni resultados, hubo algo destacado; en cambio, hubo destellos “salvables” dentro de aquella hecatombe tricolor, uno de esos fue Luis Chávez, un mediocampista con condiciones interesantes y que había ya dejado destellos de su calidad.
Debutó en selección mayor pocos meses antes del mundial de Qatar 2022, donde fue constante y se abrió paso en la titularidad, siendo de los elementos que mayor esperanza le daban a una selección que por enésima vez se resistió a un cambio generacional, a no arriesgar y lo injusto que supuso su convocatoria al no llevar a los elementos que debían estar por darle prioridad a los de “jerarquía”, aunque su nivel estuviera por los suelos.
Luis empezó el mundial con buenas actuaciones, a pesar que el resto del combinado no estaba a su sintonía; ante Polonia y Argentina se mostró las deficiencias y carencias del grupo, algo que incluso acorde a las palabras de “chucky” Lozano de haber tenido “diferencias” el grupo con Martino, algo expuesto en el terreno de juego.
Pero fue contra Arabia Saudita, que Chávez hizo que la ilusión se mantuviera a flote por algunos minutos, misma que estaba casi extinta incluso antes de que empezara el mundial; corría el minuto 52 del segundo tiempo y México con la necesidad de buscar anotar goles para poder aspirar a la siguiente ronda, Luis fijó su mirada al arco defendido por el arquero árabe Mohammed Al-Owais, para mandar su disparo al ángulo siendo un auténtico golazo.
A pesar de que el resultado no ayudaría en nada a México y su cantada eliminación en fase de grupos, la esperanza Luis Chávez era una realidad.
El gol que hizo vibrar a más de 120 millones de personas.PH:X.
La mentalidad, su mejor aliado
Luis Chávez consiguió más éxitos, pues también ya había logrado ser campeón de liga con Pachuca y con ello ser uno de los mejores jugadores del momento, pero parece que algo le faltaba a Chávez; buscar el sueño europeo.
En tiempos contrastantes para los jugadores mexicanos en Europa, donde las repatriaciones son en algún punto más un mal que bien, o dar en precios desorbitantes al talento con posibilidad de emigrar y preferir venderlo dentro de tu misma liga, han sido los cuestionamientos sobre si se toman las mejores decisiones en pro de tener mejores jugadores y mayor calidad.
En el caso de Chávez, tuvo que ser resiliente, paciente, pues en varios lados se manejaban intereses de algunos equipos europeos por sus servicios luego de Qatar, pero en el plano real no pasaban más allá de un “simple rumor”, pero el hambre y la decisión de abandonar su zona de confort, fue su gran virtud.
Si tuviéramos 10 Luis Chávez, otra cosa sería
Probablemente amigo lector se pregunte ¿Acaso es mejor jugar en Rusia? ¿Qué garantías tiene irse a una Liga donde no puede jugar Champions? ¿Tiene nivel para aspirar a una liga más competitiva? Bien, vamos por partes.
En primer lugar, hay que aplaudir la firme convicción de Luis, pues a pesar de tener ofertas tentadoras del Monterrey, prefirió desechar la comodidad por buscar un sueño, una ilusión y un reto, optando por él mismo negociar su salida de Pachuca con la mira puesta a una arriesgada idea.
Pues no cualquiera mueve cielo, mar y tierra para lograr lo “imposible”; emigrar a un país que pasa momentos difíciles por temas de guerras y su deporte y ligas han resentido eso, puesto que la Liga Premier de Rusia, ha quedado excluida de total competición europea, por lo que sus equipos no podrán disputar las 3 competiciones que los colocarían en el ojo mundial (Champions League, Europa League y la joven Conference League), esto a Chávez poco le importó y aun y con ello no soltó la mano a ese anhelo (incluyendo temas de transferencias, proceso complejo para poder finiquitar su traspaso), de fichar por un equipo con historia y tradición, como lo es el Dinamo de Moscú, club en el que militó el símbolo más grande del fútbol soviético, el legendario arquero Lev Yashin.
Tal vez la Liga Rusa no pueda voltear a otros horizontes, pero eso no le impediría quizá, buscar un mejora cómodo, nada descabellado pese a las circunstancias en las que se encuentra, calidad tiene para poder dar un brinco a algo mejor; pero aquí, más allá de estas interrogantes, lo que es dignísimo de reconocer, es la mentalidad que posee el chico, de no dejarse llevar ni por el dinero ni por otro distractor, esa mentalidad de superación que tanto le urge al jugador mexicano asimilar, de buscar, de aspirar, en esto Luis Chávez nos deja una lección no sólo a quienes aspiran a ser jugadores o deportistas profesionales, sino a cualquier persona como nosotros en distintos rubros y ocupaciones, pues esa mentalidad, derriba casi cualquier muro o bloqueo y Luis Chávez, ha puesto la semilla, que ojalá, termine por germinar en las nuevas generaciones y doten de grandes frutos a nuestro fútbol.
(Fotos: X).
Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco