
(Cuento)
El viejo se ha ido hoy muy temprano, igual como lo hizo ayer, igual como lo hará mañana. Se ha salido de la cama sin pensarlo más.
Se ha mirado en el espejo y se ha empezado a ver un poco más como su viejo. Irremediable aviso de la edad.
Nadie se ha dado cuenta que hoy le ha costado un poco más. Pero se ha ido. Con sus cosas del trabajo y un puñado de soledad.
El rojo del semáforo le trajo de vuelta aquel viejo sueño de juventud; el verde lo ha puesto otra vez en el camino real.
El viejo se ha ido hoy muy temprano, queriendo volver pronto a casa, su casa de ahora, al mismo tiempo que extraña la de antes, la de niño, la de sus viejos. Extraña también otros cuantos lugares, algunos aromas y ciertos amigos. Esos de los que nunca volvió a saber.
El viejo extraña a su viejo, le quisiera hablar y platicar un poco con él. Siempre lo recuerda y a veces lo sueña. Tiene miedo que un día el sueño parezca un recuerdo, y el recuerdo, un simple sueño.
El viejo se ha ido hoy muy temprano. Despertó un poco antes que ayer. Se detuvo un instante en la puerta para voltear. Nos ha sonreído sin que lo sepamos.
Se ha acabado el día, igual que ayer, igual como se acabará mañana. El viejo ha vuelto a casa. Ha traído dinero y ha escuchado un reporte de travesuras. Se hace por un rato el molesto y luego, le ganan las ganas de ser feliz. Su presencia ilumina el hogar. Bromea, platica, habla, ordena y come. Sus historias llenan todos los vacíos. Sus bromas permanecerán incluso después de él.
El viejo se ha ido hoy muy temprano. No al trabajo, se ha ido para no volver. Se llevó el abrazo que ya no le dimos, ese que cada día duele más de tanto extrañar.
Se acabó el día pero no acabó igual que ayer, tampoco igual que mañana. El espacio que era de él no se volverá a ocupar. Ni su voz se escuchará en las paredes de las habitaciones.
Hoy salí muy temprano, desperté un poco antes que ayer. Me detuve un instante en la puerta para voltear a ver. Me vi en el espejo más parecido a él. He salido queriendo pronto volver. El rojo del semáforo me trajo un recuerdo que fue interrumpido por el verde. De vuelta al camino real.
Se ha acabado el día, igual que ayer.
El viejo se ha ido, pero lo encontré. Hemos recordado travesuras y ha vuelto a platicar esas historias que solamente podía contar él. Nos fundimos en el abrazo que aquella vez ya no le di. Hemos reído y cantado. Hemos hablado tanto, de todo lo que pasó desde que se fue.
El viejo no volverá a irse. Me lo acaba de prometer.
(Foto Twitter).

Periodista deportivo desde 2004. Creador del concepto multiplataforma Plan de Juego.
Contacto: jesus.mejia@tuplandejuego.com.mx