El acabose sucedió en el reciente enfrentamiento entre Estados Unidos y México, lo que parecía la oportunidad idónea de retomar confianza y ganar enteros ante el más que tóxico ambiente tricolor, terminó por reflejar la actualidad del fútbol mexicano, desde las esferas más altas, hasta lo que sucede en la cancha, donde queda claro, que todo lo post- Qatar, se ha hecho muy mal.
Clásica Paternidad
2019 fue el año donde México logró vencer por última vez hasta la fecha al nuevo “rey” de Concacaf, Estados Unidos; el resultado fue un contundente 0-3, que marcaba la diferencia entre el gabacho y el trí, en una época en que venías de ganar la Copa Oro precisamente frente a las barras y las estrellas, desde aquel entonces, el panorama es oscuro por donde se vea.
Hasta la fecha, son ya 4 años y 6 partidos entre oficiales y amistosos, que no se le puede ganar a los americanos, una hegemonía que ni el más descabellado hubiera pensado a principios de este siglo, vaya, impensado teniendo en cuenta las brutales estadísticas a favor de México, tomando en cuenta que las formas de importancia e influencia del fútbol en ambos países, son distintas.
Aquí es el máximo deporte, allá no lo es, sin embargo, lo que ha hecho la diferencia es el trabajo y las visiones con que ambos equipos se han manejado en los años recientes; Estados Unidos se ha puesto las pilas, han trabajado duro, han fortalecido sus bases, han dado paso a la globalización de su selección, que tan bien les ha resultado enviando a sus jugadores a las mejores ligas del mundo y principalmente, han dado prioridad al tema deportivo que al económico, un común denominador que hace una enorme diferencia.
En cambio, en nuestro fútbol, se ha hecho todo al revés, donde cada quien vela por sus propios intereses, donde no se conocen ni se interesa por tener un proyecto sólido, dar importancia a fortalecer al talento y ayudarlo a irse a foguear al fútbol de élite, reducir extranjeros, impulsar la competencia deportiva con ascensos y descensos… en fin, muchas cosas que se han hablado a cambiar, pero simplemente no pasa nada.
Gracias a todo esto, los estadounidenses pueden jactarse y con justa razón de ser los nuevos mandones del área, porque ellos sí se han preocupado por mejorar, por dar mejores resultados y por hacer que su nación vea que no sólo está el basquetbol, el fútbol americano o el beisbol, sino que está también el emergente “soccer”.
Duelo en horas bajas
La humillante goleada en la semifinal de la Nations League de Concacaf es el resultado de mala decisión, tras mala decisión, de la falta de interés y trabajo por mejorar, por buscar trascender, se refleja, el conformismo por llenar estadios y arcas del negocio llamado fútbol mexicano.
Tanto México como Estados Unidos no vienen en sus mejores escenarios; los gringos no cuentan con un entrenador fijo, tras la polémica salida de Gregg Berhalter, el “auxiliar del auxiliar” B.J. Callaghan tomó el mando y la misma materia prima, para darle un baile a los nuestros, con figuras europeas que no viven su mejor momento.
Weston Mckennie tuvo una de sus peores temporadas con Leeds United (descendido en la Premier League), Christian Pullisic pasó de ser refuerzo estelar en Chelsea, a ser un habitual en la banca o tribuna del equipo de Londres, y Serginho Dest, que el Barcelona no sabe que hacer para deshacerse de esa triste inversión con el lateral americano; a pesar de que son jugadores que parece, no tienen calidad para ser de élite, cuando se ponen su playera nacional, se transforman, se motivan y demuestran tener orgullo suficiente para defenderla a capa y espada.
Este trio, exhibió la carencia de idea, intensidad y calidad del lado mexicano, con jugadores que se insiste en el porqué los siguen llevando, otros que no pasan por buen momento y otros tantos ya obsoletos; imagínese, amigo lector, si un par de jugadores que son de lo “peorcito” con sus equipos en Europa, dejaron muy mal parados a los nuestros… ¿Qué no puede hacer un Vinicius, Haaland, Mbappe, Pedri, Julián Álvarez, Phill Foden, entre otros? Más que preocupante esta situación.
La falta de liderazgo en el Tri es evidente, elementos como Edson Álvarez o César Montes, que han cumplido de buena a aceptable temporada en europea, evidencian esas agallas, mal manejo de su temperamento, decisiones tomadas con el estómago; confunden agresiones con liderazgo, con sacar la casta, algo alejado cuando en realidad liderazgo es mantener la postura y buscar revertir los problemas, no agudizarlos.
Y no, no es propio de solo estos jugadores, es en plan general, porque de nada sirve que “brillen” en las mejores ligas del mundo, si aquí vienen y juegan sin hambre, sin idea ni alma.
¿Quién asume la responsabilidad?
Haciendo mención al título de este artículo, las maneras no tan claras de cómo se “confeccionó” este nuevo proyecto (si es que se le puede llamar así), empiezan a cobrar factura; sin importar el tiempo que se tomó para evaluar y determinar lo que seguía luego de Qatar, ha quedado en simples palabras.
Diego Cocca es el principal señalado de este fracaso, es verdad que tiene un alto porcentaje, pero no en lo absoluto; su más que posible salida luego de estos terribles resultados, no solucionará el verdadero problema, quizá calmará un poco las aguas con la afición que, en su gran mayoría, no ha visto con buenos ojos que Cocca sea el seleccionador y el partido ante los americanos, fue la muestra con el famoso grito prohibido como bandera de protesta.
Y es algo que se ha comentado hasta el cansancio; se deben hacer cambios sumamente radicales, profundos y de cabeza, algo que no sucederá como se quisiera; se ha reestructurado el organigrama del escritorio tricolor, pero de entrada, vendrá para resolver problemas administrativos tanto en la liga como en selección, dejando la parte deportiva un tanto de lado por ahora (algo habitual).
Nos queda claro que en el fútbol mexicano cualquier cosa podría pasar, pero lo claro es que a quien pongas a dirigir a un desalmado cuadro azteca, milagros no hará, pues el verdadero cambio viene de fondo y no vemos el momento oportuno de hacer esa necesaria transisión.
De “consuelo” queda el tercer partido de la Concacaf Nations League, algo infame y vergonzoso para México, pero es reflejo de la actualidad de nuestro fútbol, gracias al creador que no tendremos que competir por está en el próximo mundial, por que si no, quedaba aclaro que no se jugaría.
(Fotos Twitter)
Periodista deportivo 24/7, gustoso del buen fútbol y y carreras de autos, charla de todo un poco