Carismático, ególatra, ídolo y patán. Estas son algunas palabras con las que se ha descrito al peleador irlandés de artes marciales mixtas Connor McGregor. Su historia personal evoca a un cuento o drama televisivo: pasó de recibir asistencia social por parte del gobierno para su manutención a tener una cuenta bancaria con decenas de millones de dólares. Vivir en un sitio con pocas oportunidades de empleo y desarrollo personal lo llevó a entrenar el deporte de combate que se convirtió en una moda internacional. Adiós a los trabajos de plomería; se colocó un par de guantes para combatir dentro de una jaula.
Netlix recién estrenó una serie documental de cuatro episodios dedicados a este peculiar sujeto: McGregor Forever (Gotham Chopra/Darragh Mccarthy, 2023). El material que presenta en pantalla abarca un periodo de cuatro años; de 2018 a 2021. En ese lapso enfrentó a tres oponentes -uno en dos ocasiones- en combates realizados con Ultimate Fighting Championship (UFC); la marca líder de artes marciales en el mundo. El patrimonio de McGregor aumentó luego de una mediática -y aburrida- confrontación contra el legendario boxeador Floyd Mayweather Jr en 2016. El ingreso que generó esta pelea lo hizo abandonar las artes marciales mixtas durante dos años. Lanzó una marca de whisky y se dedicó a las relaciones públicas para comercializar su imagen.
El regreso a las artes marciales mixtas se desarrolló en un ambiente inusual y reprobable para la disciplina. En medios de comunicación y redes sociales; inició un intercambio de retos con el peleador Khabib Nurmagomedov. La situación trascendió a un tema de alteración del orden público y lesiones cuando los séquitos de cada uno se insultaron en el estacionamiento de una arena. Connor fue sentenciado a trabajo comunitario. Esto ayudó a vender la pelea con Khabib en asuntos de mercadotecnia. Nurmagomedov venció de forma contundente a McGregor.
La serie documental tiene contrastes. La producción es de primer nivel. Conocer la intimidad de un sujeto que se muestra feroz e impredecible ante las cámaras es llamativo. Se percibe a un sujeto que madura en su vida íntima al convertirse en padre de tres niños. Gasta sin mayor problema para tener momentos de alegría con la gente que lo rodea. Fiestas en castillos lujosos, ropa de las marcas más exclusivas, renta de yates, viajes en avión privado y automóviles de edición limitada son parte de los egresos en la cuenta bancaria.
En la preparación de las peleas, se nota un compromiso casi obsesivo. Exige a su cuerpo más de lo necesario. Múltiples horas de entrenamiento para lograr un récord negativo de una victoria y tres derrotas solamente al contabilizar lo que se narra en pantalla. No se mencionan las presuntas acusaciones por agresión a distintas personas. Antes de su tercera pelea con Dustin Poirier, presenta problemas en un tobillo. Ya en la jaula, Connor padece una fractura múltiple. ¿Un médico especializado en una de las principales empresas de combate en el mundo no detectó la gravedad de la lesión antes de la batalla?
McGregor Forever en un material con público de nicho: los aficionados que siguen día a día las novedades de las artes marciales mixtas. Es complicado que un espectador casual logre terminar la temporada completa al considerar el catálogo que ofrece Netflix. Los adjetivos usados con McGregor no cambiarán por esta serie. Connor sonríe en alguna parte del mundo -con un vaso de whiskey en mano- por el dinero que recibió de esta producción y la nueva publicidad hacia su imagen.
Periodista formado en la teoría y práctica. Disfruta desde un evento de lucha libre en la calle hasta un partido de Champions.
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