Existe una predilección del público latinoamericano por el anime japonés. El canal de YouTube, Watchmojo Español, publicó hace unos días un video de las animaciones japonesas que mayor éxito han logrado en Hispanoamérica. Caballeros del Zodiaco y Dragón Ball encabezaron la lista. Con una pelea feroz entre diversas plataformas de contenido en línea; la encomienda principal es conseguir el mayor número de usuarios. Netflix agregó a su catálogo la serie animada Espíritu de Lucha -Hajime no Ippo en su idioma original-.
La historia es una adaptación del manga (cómic japonés) creado por George Morikawa. Todo inicia con un adolescente llamado Ippo que ayuda a su madre en un pequeño negocio de pesca. Debe trabajar desde temprano para que las embarcaciones naveguen sin inconvenientes. En la escuela lo muestran como un chico reservado. Tiene que rechazar la propuesta de sus compañeros para divertirse por la responsabilidad de ayudar a su madre con las labores. Algunos de sus compañeros lo golpean e insultan con la justificación de que apesta a carnada.
Mientras Ippo recibe una golpiza, un sujeto que hace ejercicio decide ayudarlo. Con movimientos rápidos, ridiculiza a los agresores. Ippo queda sorprendido por las habilidades de Takamura, su salvador de ocasión. Cuando el adolescente se recupera de los golpes, descubre que fue llevado a un gimnasio de boxeo. Takamura es un pugilista que aspira a conseguir éxitos. Tras recibir unos cuantos consejos básicos de pelea, Ippo Makunouchi se plantea una nueva meta en la vida: convertirse en boxeador profesional. Las primeras pruebas y vivencias para conseguir un lugar en el gimnasio generan empatía. Cada episodio de poco más de veinte minutos no pierde el ritmo; motivan a seguir el desarrollo de la saga que abarca más de cien episodios y unos cuantos largometrajes.
Crear algo nuevo es complicado. Decenas de autores admiten que se inspiraron de ideas previas antes de lanzar sus proyectos personales. La historia de Ippo tiene una influencia evidente del clásico cinematográfico Karate Kid (John Avildsen, 1984). En ambos contextos vemos a un chico adolescente que es hijo de mamá soltera, tiene problemas para integrarse con sus compañeros en la escuela y es acosado. La llegada de especialistas en actividades de combate hace que la autoestima de los muchachos mejore; descubren habilidades en ámbitos nuevos.
Si bien la animación demuestra el paso de los años, se convierte en un detalle menor. Para audiencias maduras, puede resultar nostálgica la época en que una persona debía conseguir revistas y videocasetes para mantenerse informado de una actividad previo a la consolidación del internet. Los primeros entrenamientos de Ippo reflejan puntos finos del boxeo profesional: desarrollar condición cardiovascular, mantener un ritmo, aprender a golpear desde diversos ángulos y esquivar los golpes del contrincante. Espíritu de lucha puede sintetizarse como una combinación entre Karate Kid y Rocky -también dirigida por Avildsen en 1976-. En una época donde Merlina cautiva a las nuevas generaciones; Espíritu de Lucha rinde homenaje al boxeo con éxito en una de las plataformas de streaming más destacadas.
Periodista formado en la teoría y práctica. Disfruta desde un evento de lucha libre en la calle hasta un partido de Champions.
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