La fama del actor estadounidense David Arquette puede resumirse en dos hechos: aparecer en la saga de películas de terror Scream y casarse con Courteney Cox -estrella de la serie Friends-. Para los aficionados fervientes a la lucha libre profesional, David es el protagonista de uno de los hechos más criticados en la historia. Los directivos de World Championship Wrestling (WCW) decidieron que un tipo ajeno a la lucha, sin experiencia profesional o habilidades atléticas, obtuviera el campeonato mundial completo avalado por la marca.
Uno de los argumentos con los que trataron de justificar la medida fue el estreno de la película Ready to Rumble (Brian Robbins, 2000). El largometraje es una comedia ligera, al estilo comercial americano, donde un par de amigos incursionan con éxito en la lucha libre. Los aficionados recibieron con agrado los cameos de varias estrellas de WCW. Incluso el mexicano Juventud Guerra -hijo del legendario luchador mexicano Fuerza Guerra- aparece en pantalla. Existen distintos contenidos en internet que analizan a detalles este momento.
Los años demostraron que esta vivencia causó más daño que beneficio. WCW fue comprada por World Wrestling Entertainment (WWE). Arquette, que fue comparado como una estrella en ascenso junto a Leonardo DiCaprio y Matthew McConaughey, no hizo que su carrera trascendiera. Situación tensa para la familia Arquette al considerar que Patricia, hermana de David, tiene un premio Óscar en su historial.
Este contexto es el punto de arranque para el documental “You cannot kill David Arquette” ( David Darg/Price James, 2020)” . David, frustrado por una carrera actoral en declive, decide acudir a una firma de autógrafos organizada por luchadores. Aficionados y gladiadores rechazan su presencia en el lugar. Deprimido, David decide entrenar lucha libre para tratar de reivindicarse por lo que hizo a la lucha libre estadounidense. La familia de Arquette no acepta el cambio en la rutina de David. Cristina McLarty, periodista y segunda esposa de David, expresa que la situación le ocasiona contrariedad. David adquiere un físico más atlético pero sus antecedentes de salud lo hacen sensible a un accidente grave por los golpes en la lucha.
Se necesita saber un poco de lucha libre y cinematografía para identificar que algunas de las secuencias en pantalla son falsas; un híbrido entre el modelo clásico y la tendencia moderna de grabar situaciones que parecen reales aunque son preparadas. El éxito de la franquicia Actividad Paranormal hizo que este recurso cinematográfico se usara en demasía.
En su búsqueda por el aprendizaje de lucha, David visita Tijuana donde entrena con estrellas independientes mexicanas. Para el público que no es mexicano, ver movimientos de lucha libre como entretenimiento callejero debe parecer forzado. En distintos puntos del país es común esto. Un par de hermanos, Arcángel Divino y Último Maldito, se hicieron de fama por videos en internet para que, con entrenamiento y guía de gente experimentada, llegar a firmar contrato con Triple A.
El regreso de David a la lucha profesional causa expectación; su nombre fue tema de conversación en medios informativos. Varias empresas independientes lo llamaron a participar con ellos y la gente respondió. Un mano a mano en lucha extrema con Nick Gage -que pasó una temporada en prisión como parte de su vida personal- termina en un accidente que amenazó con terminar en tragedia. Esto es reflejo de algo inevitable, los riesgos de exponer a un novato con un veterano en el ámbito de la lucha. Faltó la versión de Gage a lo ocurrido en un combate que, por sentido común, no debió ocurrir. El mismo Nick casi se desangra hace unos años por corte accidental en un torneo de lucha violenta -se le declaró muerto unos minutos-.
La actividad en pantalla llega al punto idóneo: el aficionado conocedor agradece las referencias a distintas cosas sobresalientes del negocio; el espectador ocasional puede hacerse una idea de por qué la lucha libre cautiva a millones de personas. El documental está disponible en distintas plataformas de entretenimiento, una de ellas HBO Max. David Arquette tiene un sitio especial para el negocio de la lucha libre. Es loable que un sujeto maduro, sin necesidad de exponerse, intente reparar daños como luchador/persona/actor.
Periodista formado en la teoría y práctica. Disfruta desde un evento de lucha libre en la calle hasta un partido de Champions.
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